El control del peso corporal funciona adecuadamente ante una oferta energética compatible con su gasto. Esta relación se denomina balance energético y para que sea neutro, debe existir equilibrio entre la ingesta alimentaria y el gasto energético.
La ingesta diaria de alimentos se calcula por el valor energético total (VET). Es el VET el que expresa cuántas calorías (en kcal) consumimos en el día. Alimentos y bebidas proporcionan la energía (en calorías) que puede ser metabolizada y utilizada por el cuerpo. Las grasas proporcionan más calorías que los carbohidratos y las proteínas. Son 9 kcal por gramo del primero, mientras que los dos últimos son 4 kcal por gramo.
En la actualidad la obesidad se considera una epidemia global. Es una enfermedad y el mayor factor de riesgo para desarrollar otras enfermedades crónicas no transmisibles: hipertensión arterial, diabetes tipo 2, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad arterial coronaria, osteoartritis y ciertos tipos de cáncer. Cuando la energía excedente a las demandas metabólicas se constituye en la principal causa del aumento de peso. El balance positivo de energía favorece el almacenamiento de ésta en forma de grasa y es influenciado por la falta de actividad física y el consumo excesivo de calorías. De la misma forma, el balance energético negativo favorece la pérdida de peso, y en algunos casos se tornan extremos, como la anorexia nerviosa, patología caracterizada por la abstención alimentaria por parte del individuo y que igualmente puede llevar a la muerte.
¿De qué forma el cuerpo gasta energía?
El gasto energético total (GET) o diario (GED) de un individuo ocurre en un período de 24 horas y puede ser de dos formas:
Tasa metabólica basal (TMB) o de reposo (TMR)
Es energía gastada en reposo y ayuno, esencialmente para mantener el organismo funcionando. Representa alrededor de 50 a 70% del gasto energético diario en individuos sedentarios.
Gasto energético producido por la actividad física (GAF)
Es un componente bastante variable y contribuye a un significativo gasto de energía en personas muy activas físicamente. Esta actividad puede ser intencional, llevado a cabo a través del deporte, fitness, danza, etc., o no intencionales, que llevan a cabo el día: bañarse, limpiar la casa, cepillarse los dientes, sacar la basura, y así sucesivamente.
Se sugiere que la termogénesis inducida por la dieta proporcione efecto de generación calor de los alimentos y que corresponde entre 5% a 15% del gasto diario.
¿Cómo evaluar el gasto energético corporal?
En 1985, la OMS recomendó que las necesidades energéticas se basaran en la medida del TMB y el GAF. La genética, la edad, los hábitos de sueño, la reducción de la masa muscular, las deficiencias nutricionales y el sedentarismo pueden contribuir a una TMB más baja. La GAF dependerá del hábito de los ejercicios del individuo. Estos dos componentes darán el resultado del GET. Este debe ser incluido en un protocolo de evaluación del paciente para la prescripción adecuada de dieta y ejercicio físico, sea un obeso o alguien con el peso adecuado.
Métodos que miden el GET
Calorimetría indirecta (CI)
Técnica que estima el gasto energético a través de la medición del intercambio respiratorio. Se mide el volumen del consumo de oxígeno (VO2) y de la producción de dióxido de carbono (VCO2), apuntando así la cantidad de energía necesaria para la realización de los procesos metabólicos. Es una técnica bastante utilizada por ser de costo razonable, no invasiva y de gran reproducibilidad.
Calorimetría directa (CD)
Método que proporciona bastante precisión (1% a 2%), hecha en una cámara cerrada altamente sofisticada, que permite medir el calor sensible liberado por el organismo, el vapor de agua liberado por la respiración y por la piel. El individuo debe permanecer en este ambiente por lo menos 24 horas. Sin embargo, no es una técnica que permite la evaluación en un ambiente normal vivido por el paciente.
Cuestionarios que evalúan el gasto energético diario
Método un poco más subjetivo pero fácil de aplicar. Aquí se hace el relato detallado del tipo de actividad física realizada en el día, intencional o no y que permite el cálculo de la energía gastada diariamente de acuerdo con tablas y ecuaciones.
Ecuaciones predictivas de la TMB
Las ecuaciones más utilizadas son las de Harris-Benedict, Henry & Rees y de la FAO/OMS; son métodos rápidos, económicos y fáciles de aplicar. Sin embargo, estas ecuaciones han sido constantemente reevaluadas, a fin de llegar a métodos realmente aplicables en cualquier individuo.
Termogénesis inducida por alimentos
Algunos estudios han demostrado que el efecto térmico proporcionado por la digestión de proteínas es mayor que los hidratos de carbono y grasas, pero otros aún discuten si las dietas hiperproteicas tienen este efecto real. No obstante, se sabe la energía asociada al costo de la digestión, absorción, transporte y almacenamiento de los nutrientes.
Composición corporal
El conocimiento de la cantidad de masa magra y masa grasa puede ayudar en la evaluación del consumo energético. La bioimpedancia eléctrica es un método que ayuda fácilmente a evaluarlas. Una vez comprado el equipo que realiza esta técnica, se torna en un método barato y fácil de realizar, en comparación con otros más complejos. La TMB más alta o más baja está estrechamente asociada a la masa corporal, sea masa grasa o magra. Es decir, en un proceso de adelgazamiento se debe priorizar el mantenimiento de la masa magra en relación con la masa grasa, así, la TMB será más alta. Tanto el GET como el VET son instrumentos importantes para la práctica clínica del nutricionista. Sin embargo, pueden no ser necesarios en la primera consulta, dejándolo para la siguiente consulta. Inicialmente, es importante fortalecer el vínculo paciente-nutricionista, enseñarle sobre la alimentación sana, importancia de la práctica de actividad física y buenos hábitos. La pérdida o el mantenimiento del peso sólo será efectiva cuando el paciente entiende cómo funciona el proceso metabólico.
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