Con la creciente preocupación por el estilo de vida saludable y la pérdida de peso, muchas personas creen que apostar por dietas bajas en calorías será la clave del éxito. En primer lugar, es importante entender qué es una dieta hipocalórica: no es más que un modelo de dieta que normalmente no supera las 1.500 kcal.
Otro dato muy importante es que esta dieta puede estar por debajo de las necesidades mínimas del individuo, es decir, ser inferior a la tasa metabólica basal – energía necesaria para el funcionamiento de todas nuestras funciones vitales, por lo que es un poco peligrosa si se realiza sin seguimiento.
La tasa metabólica basal y la dieta hipocalórica
Para entenderlo un poco mejor, la tasa metabólica basal de un individuo puede variar según su edad, peso y altura. Este cálculo se basa en ecuaciones matemáticas para llegar a tal resultado. Un hombre de 70 kg, 170 cm de estatura y 25 años tiene una TMB de aproximadamente 1.700 kcal. Es importante tener en cuenta que este es un cálculo aproximado y puede depender mucho de la ecuación que elijas para ese cálculo. En este ejemplo, se utilizó la fórmula de Harris & Benedict (1919).
Como se dijo anteriormente, las dietas hipocalóricas no deben superar el gasto energético total (cuando consideramos el ejercicio físico en el cálculo). Se debe utilizar durante cortos periodos de tiempo como alguna estrategia específica para el paciente. Para ello, la elección de los alimentos debe estar bien pensada, ya que necesitamos alimentos de baja densidad calórica que aportan saciedad.
En estos casos, es posible reducir la cantidad de carbohidratos y grasas en la planificación y, cuando se insertan, optar por cereales integrales o verduras y legumbres. En el caso de las grasas, las monoinsaturadas serían las mejores opciones. Las frutas también deben ser menos calóricas, por lo que las mejores opciones son aquellas que tienen un mayor contenido de agua como sandía, melón, manzana y fresas por ejemplo. También se pueden incluir algunas frutas como el coco y el aguacate, que contienen un mayor contenido de grasa (para ayudar a aumentar la saciedad). Además, la dieta debe estar equilibrada en proteínas y grasas, y también debe ser nutritiva y evitar que el paciente pierda mucha masa muscular.
Precauciones con este tipo de dieta
Como cualquier dieta más restrictiva, la dieta baja en calorías debe realizarse con precaución. Muchas personas pueden intentar iniciarlo sin un seguimiento y esto puede ser un gran error. Es importante adaptar nuestro organismo a cantidades menores de energía para que sufra menos ante adaptaciones tan repentinas. Algunos síntomas comunes son debilidad, falta de energía, pérdida de concentración, irritabilidad y dolores de cabeza. También pueden aparecer antojos de dulces, ya que al disminuir drásticamente la ingesta calórica, el cuerpo pide alimentos más densos en calorías.
Por tanto, el seguimiento nutricional es fundamental para que esta estrategia se lleve a cabo de forma segura y adecuada. La búsqueda de nutricionistas de Dietbox te permite encontrar el profesional adecuado para ti, según tu ciudad y especialidad deseada. Aún puedes optar por la asistencia remota, lo que facilita la conexión sin salir de casa. ¡Con la ayuda de un profesional, siempre estarás seguro con tus metas establecidas!