La medición de la composición corporal es necesaria para evaluar el estado nutricional en cualquier etapa de la vida. Además, es una herramienta importante en el diagnóstico y monitoreo de enfermedades, incluidas las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT), como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, etc.
Entre los principales métodos para evaluar la composición corporal, se encuentran: el espesor del pliegue cutáneo (EDC), la bioimpedancia (BIA) y la absorciometría de rayos X de dos energías (DXA). El objetivo de la medición corporal es obtener una visión más clara de la distribución de la grasa general y local, que se distribuye en diferentes puntos anatómicos, en diferentes segmentos del cuerpo, como brazos, piernas y torso.
La medición del pliegue cutáneo, en particular, es uno de los principales métodos utilizados por nutricionistas. Esto se justifica por ser de bajo costo operativo, fácil manejo y transporte, excelente aplicabilidad y presentando validez y confiabilidad. Para estimar la composición corporal, existen varias ecuaciones predictivas para la densidad corporal, en las que el porcentaje de grasa corporal se calcula a partir de la medición del grosor del pliegue cutáneo. Existen varios métodos para calcular la composición corporal, que deben tener en cuenta factores como la edad, el sexo, el peso, la estatura y la actividad física. Los métodos más utilizados son:
Jackson y Pollock (1978) – 3 pliegues y 7 pliegues
Faulkner (1968) – 4 pliegues
Durnin y Womersley (1974) – 4 pliegues
Tathiany Jéssica Ferreira
Nutricionista
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