Todos los días encuentro interferencias en la comunicación entre el contenido teórico que hemos aprendido en la universidad y la transcripción de esta información para la vida diaria del paciente.
De hecho, el mayor dilema de cada nutricionista es lo que llamamos “adherencia” al plan alimentario. ¿Por qué es tan difícil para los pacientes seguir un plan alimentario detallado por horario?
La aplicación que utilizamos es extremadamente eficiente y está hecha en un formato tal que es casi imposible para los pacientes que la utilizan no entender qué se debe consumir. ¡La propuesta de modificar el antiguo sistema de menú nutricional donde escribíamos las diversas opciones de alimentos funciona!
Obviamente utilizo nombres de preparación más simples cuando escribo para el paciente: pollo o carne de res o pescado o huevo – filete de 120 g o 3 piezas. Puedo dar la idea de la flexibilidad del plan y educarlo sobre los grupos de alimentos al mismo tiempo.
Sin embargo, incluso con estos menús hermosos y equilibrados que preparo con dedicación y adaptado a la vida cotidiana de quienes me buscan, todavía veo que la “pereza” afecta a un % de pacientes más difíciles.
Yo suavizo esta disconformidad entre la práctica y la teoría al determinar las emociones y habilidades del individuo. A veces puedo revertir e involucrar a una persona que se ha perdido en sus elecciones alimentarias y que retoma el plan y puede lograr lo que pretendía hacer: perder peso, aumentar la masa magra, comer sano, etc.
El coaching nutricional es hoy una de las mejores estrategias para desarrollar un buen trabajo en la oficina y, asociado con esto, debemos pensar en prácticas individualizadas para que nuestro paciente pueda tener éxito y regresar, mejorar, ¡recomendarnos!
Dra Adriana Amoroso Lima
Nutricionista clínica / deportiva
CRN 3 5624