Cualquiera que piense que solo los vegetarianos o veganos necesitan preocuparse por las dosis de vitamina B12 está equivocado. Se estima que hasta el 40% de la población omnívora latinoamericana es deficiente en esta vitamina, que es producida por bacterias.
Los animales rumiantes producen B12 en su cuerpo, ya que tienen estas bacterias en la primera cámara del estómago. Además, estas bacterias están en suelos orgánicos, cuando el ganado pasta consume la planta y estas bacterias que se encuentran en el exterior, ya que no desinfecta la planta. Sin embargo, los animales que van al matadero consumen alimento, por lo que tienen una baja cantidad de B12. Es necesario enriquecer la dieta con la vitamina para obtener los niveles recomendados. Por lo tanto, cuando consumimos la carne estamos suplementando B12 indirectamente.
Los seres humanos también producen esta vitamina, pero no se usa, ya que la producción se produce en el intestino grueso y la absorción se produce en el intestino delgado.
Para ser absorbido por nuestro cuerpo, necesita unirse al factor intrínseco producido en el estómago. Entonces, cuando se altera la producción de ácido clorhídrico, se deteriora su absorción.
¿Qué puede cambiar esta producción?
Masticación inadecuada
Edad
Cirugía bariátrica
Alcoholismo
Esteatosis hepática
Estrés
Antiácidos
Probióticos
Gastritis
Algunos medicamentos (por ejemplo: omeprazol y metformina)
La vitamina B12 tiene la función de producir glóbulos rojos, sintetizar neurotransmisores, proteger y regenerar nervios, producir energía en las mitocondrias y son coenzimas en más de 100 reacciones químicas en nuestro cuerpo.
Su deficiencia en el cuerpo provoca síntomas como:
Cansancio
Falta de concentración y memoria.
Hormigueo en las extremidades
Irritabilidad
Depresión
Y a la larga puede causar anemia megaloblástica, elevación de la homocisteína (que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular) e incluso puede conducir al coma.
La suplementación se puede administrar de tres maneras:
Vía oral: cuando el tracto gastrointestinal está en buenas condiciones.
Vía sublingual: cuando hay gastritis, enfermedad de Crohn, sin respuesta oral y algunos pacientes postbariátricos.
Inyectable: en la anemia perniciosa o cuando hay una deficiencia sintomática grave y requiere corrección inmediata.
Lo ideal es dosificar cada 6 meses y mantener el nivel por encima de 490pg / dl. Cuando la suplementación es necesaria, la dosis siempre debe ser individualizada, cambiando según la demanda. Debido a que es una vitamina ampliamente utilizada por el sistema nervioso, cuantos más impulsos tenga, más se necesita. Por ejemplo, un período intenso de estudios o una situación de estrés y cambios en la rutina.
Nutricionista Cristiane Grzybowski
* El texto es responsabilidad exclusiva del autor y no refleja la opinión de la empresa. El blog está abierto si otro profesional quiere escribir un contrapunto.
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